jueves, 8 de septiembre de 2011

Mi Emilio...

No sé porque pasan cosas malas, sólo sé que de ellas siempre va a salir algo bueno...

Que no nos debemos cansar de hacer el bien aunque no veamos la recompensa inmediatamente, siempre llega y como suele ser... de la manera que menos esperamos.

Cuando nació mi tercer hijo, mi Emilio, nació con una malformación física, llamada pie equinovaro, su pie derecho se había mal formado dentro de mi útero y no se había desarrollado correctamente, estaba virado hacia adentro y no tenía talón, a primera vista me impresionó pero nos dieron esperanzas de que era algo superable, hicimos todo lo que se nos indicaba, yeso desde las 2 semanas de nacido, operación a los 4 meses, botas con horma invertida, pero a los 9 meses nos dimos cuenta que no veíamos resultados y que no íbamos a quedarnos con los brazos cruzados, teníamos que agotar todos los recursos y que haríamos todo lo que este en nuestras manos para que nuestro hijo esté bien.

Cuando habíamos consultado a un medico en Houston, el cual nos recomendó una operación, decididos a realizársela, como caído del cielo, tuvimos la llamada de Luis Fernando Lara, donde nos daba la opción de un hospital en Dallas que era lo mejor en Ortopedia Infantil en todo Los Estados Unidos. Enviamos todo lo que nos pedían y después de unas semanas de angustia por la cita, nos la dieron y llevamos a Emilio al Scotish Ride Hospital en Dallas, TX, lo atendieron en un hospital espectacular, donde nos explicaron que el problema de su pie era totalmente tratable, pero teníamos que comenzar de cero, es decir, como cuando nació, con yeso cambiándoselo semanalmente para sobrecorregir el pie y así luego operarlo de nuevo porque la intervención que le habían hecho era un metodo obsoleto en el que no íbamos a ver los resultados deseados y de ahí botas con un fierro hasta que tenga 5 años, esto que nos planteaban no era de un día para otro, eso tomaría meses, nuestras vidas iban a cambiar, tengo 2 hijos más, a los cuales había dejado en Guayaquil y por lo visto yo me iba a tener que quedar en Dallas, por no se cuanto tiempo...

Con todo lo miedosa que era yo, no me dio miedo quedarme sola con mi hijo en un país desconocido con una familia desconocida...lo único que ahora puedo decir de esa prueba que Dios me puso, es que, mejor no pudo ser, si yo le pedí a Dios la oportunidad de sanar a mi hijo...El no solo permitió que se sanara, sino que lo hizo en el mejor lugar que podía ser y gratis! Mas esplendido no podía ser!!!

Todo fue gratis!!! Cambios de yesos, consultas, operación, medicinas, botas....Wowwww....más bendecidos no podíamos sentirnos y pienso algo bueno hemos de haber hecho para que de la manera y de la persona que menos pensábamos íbamos a recibir tremendo regalo!!!!

Ahora después de 6 años mi angelito caído del cielo o mi Fuchito, como lo llamo, está como si nada hubiera pasado....esa debilidad la hizo su fortaleza, corre como loco, patea la pelota perfectamente y es un niño inteligente y feliz!!! 

Por todo lo que la vida me regala, Gracias mi Dios...

Desde mi corazón.

Anamaria

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