martes, 15 de noviembre de 2011

Agarrada de Dios

Varias veces me preguntaron: Ana María, como así estas tan bien? Personas que estuvieron pasando una situación similar a la mía, me decían: Que has hecho? Y yo, mas de una vez, les respondí: que no he hecho...lo que más podía! Nada era suficiente para mi, agarrada de Dios, sabiendo, exactamente que sin su ayuda nada iba a conseguir...

No había novena que no hiciera, mi misa diaria no podía faltar, visitaba  al Santísimo, todos los días el rosario...era como si aferrándome a Dios, como tabla de salvación, era mi único recurso...no niego que hubieron momentos que sentí que no me escuchaba, que iba a dejar todo tirado y no faltó mi rebeldía y mi reclamo serio sobre: " Bueno y hasta cuando? Para ti nada es imposible...ya pues! Pero no podía, no dependía de mi...ahí continuaba, confiando y esperando...hasta que en algún momento todo pasó...y esa paz que tanto necesitaba y que solo El me la podía dar...llegó! y soy sincera, lo que le pedí...no fue lo que me dio...fue algo mucho mejor...lo que El sabía que era para mi.

Ahora sobre esto solo puedo decirles: Vuélvete a Dios y reconoce que sólo de su misericordia y de su gracia puedes esperar ayuda para avanzar y conquistar. Si no haces todo lo que está en tu mano y fallas, nunca puedes llegar a ser de veras humilde, porque te seguirás diciendo por lo bajo que si lo hubieras intentado más en serio, lo habrías conseguido. Haz todo lo que puedas, ten la satisfacción de que no has escatimado nada, déjate sentir en pleno la futilidad de tus esfuerzos por sí solos, admite la derrota, y vuélvete a Dios, entrégate a él y abre tu vida de par en par a la acción de su gracia. La fe fecundará tus esfuerzos, y tu vida dará fruto. Estás en buenas manos!

Desde mi corazón.

Anamaria

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