Hay cosas que muchas veces no se dicen con las palabras porque están tan arraigadas en el alma que es mejor escribirlas...Aquel que no dice lo que siente, simplemente...no vive.
Es que al escribir desfogo mucho de lo que me pasa, de lo que, en ese momento, estoy viviendo y sintiendo...y que estuve mucho tiempo acostumbrada a tragarme, a esconderlas muy dentro de mi y sin darme cuento esto a la larga, va como comiéndote por dentro.
De un tiempo acá que he tenido esa facilidad de exteriorizar mis cosas, he experimentado esa sensación de alivio, al poder compartir cosas muy mías, cosas que al no tener control sobre ellas, no son tan fáciles de manejar y peor de que otras personas las sepan...pero esa Ana María vulnerable, no la perfecta, no la sin errores, ni defectos, solo la Ana María, tal como es...esa es la que ha salido, la que se me ha revelado, hasta a mi misma, ya que ni yo era consiente de su existencia, pero me ha gustado!
Tengo tanto que sacar. Hay cosas que siento tan mías...que creo que nadie mas las va entender...nunca.
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